¿Cómo comenzar a escribir una tesis?
1. Buscar un tema general: Muchos estudiantes se traban o encuentran obstáculos para
buscar y definir un tema. Y es que en algunos casos no tienen aún en claro qué es lo que
los motiva o les gusta de la carrera que han cursado, o bien oscilan entre dos temas y no
se deciden ni por uno ni por otro. Puede suceder que en el afán de hacer algo fácil o
sencillo escogen un tema para el cual no se hallan preparados, o se enfrascan en
compleas definiciones o problemas que les impiden avanzar más allá de la selección. En
Sobretesis tenemos asesores metodológicos que a través de una charla o un taller
ayudan a los estudiantes a buscar y encontrar el tema apropiado para ellos.
2. Identificar un área de conocimiento: El área de conocimiento es más amplia que el
tema, lo contiene, y en ella se ha de materializar el problema de investigación. Tal como
sucede con el tema, el área de conocimiento también debería ser afín con los intereses y
motivaciones académicos de los estudiantes, o incluso con su esfera laboral, si es que ya
se encuentran trabajando. Las áreas de conocimiento son fáciles de identificar
recordando a los profesores que tuvieron en la carrera, siendo atinado identificar aquella
que más lo haya entusiasmado y en el que haya demostrado un buen rendimiento
académico.
3. Plantear una pregunta sobre un tema: El problema de investigación se puede formular
a través de un interrogante principal, pudiendo luego desprenderse más preguntas de la
original. En la pregunta se sintetiza qué se ha de investigar, siendo siempre aconsejable
incluir parámetros que den cuenta de tiempo –período estudiado- y espacio –lugar-. La
pregunta no tiene que ser respondida por sí o no, sino que debe plantear cierta apertura a
la investigación, y la posibilidad de ofrecer hipótesis como respuesta. En ella aparecen
también el tema, el abordaje y el área de conocimiento que se ha de estudiar en el
desarrollo de la investigación.
4. Convertir la pregunta en hipótesis: Se trata, efectivamente, de brindar una respuesta,
con los supuestos sobre los que se basa para que sea de determinada manera,
argumentando sobre las posibilidades que pueden darse en función del interrogante
planteado. La hipótesis siempre debe incluir variables, que pueden ser de distinto tipo,
según el enfoque metodológico asumido. El pensamiento racional, deductivo e
inductivo, puede ejercitarse para exponer hipótesis viables, que puedan contrastarse con
los datos y corroborarse, o bien demostrar que no se cumplieron, y en tal caso
argumentar otras respuestas a las preguntas planteadas, que de algún modo guían la
investigación.
5. Ver qué se escribió sobre el tema: Esto refiere a la realización del rastreo, búsqueda y
selección de bibliografía y documentación sobre el tema tratado, actualizados, y de este
modo poder elaborar el marco teórico-conceptual de la investigación, con los
principales autores que han abordado el tema, desde diferentes perspectivas, pero
focalizados en el área de conocimiento en estudio. Esta parte puede ser estimulante para
ejercitar la escritura académica, ateniéndose a las normas que utiliza la Universidad.
6. Conocer el Estado del Arte: Esto significa describir los principales antecedentes
focalizados en el mismo tema de investigación y área de conocimiento, pudiendo haber
planteado problemas e hipótesis diferentes. En este caso, al abordar el estado de la
cuestión se debe partir de los estudios de mayor antelación en el tiempo hasta los más
recientes, incluso los contemporáneos al momento de realizar la investigación.
Cada uno de estos pasos, pensarlos y practicarlos, pueden motivar a liberar las trabas y
comenzar la redacción del trabajo de tesis.
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