En lo que atañe a la gestión pública, el modelo que se adoptó –y aún se adopta- en las reformas del estado realizadas en la Argentina -y en toda la región- es el modelo eficientista, basado en el management científico, cuyo valor central es la racionalidad económica a través de la transformación de los recursos en resultados. Esta propuesta se nutre del instrumental clásico de la gestión, que incluye técnicas de contabilidad y control de gestión, el presupuesto, el análisis financiero, la gestión de las compras, de los inventarios, la clasificación de puestos, la evaluación de cargas de trabajo, etc. Si bien manejamos estas herramientas y este enfoque de gestión, en Sobretesis estamos en desacuerdo con su imposición y su aplicación en diversas esferas del Estado que se consideran trascendentales, y en las que se debe priorizar la satisfacción de las necesidades de los más desprotegidos en detrimento de la eficiencia o de los resultados en dinero.
El modelo actualmente extendido, inspirado en la iniciativa privada, requiere adecuarse al contexto político-democrático del que forma parte el sector público. Trasladar la lógica del management al sector público presenta claras deficiencias, ante la necesidad de observar valores colectivos y atender la exigencia de la colaboración interinstitucional, lo cual resulta imprescindible en la gestión de diferentes políticas públicas. Desde nuestro punto de vista, esto se constata en forma patente en el período de gobierno de Mauricio Macri al frente del país. Creemos que la gestión pública puede mejorar si se erradican prácticas propias del management y conductas ligadas a la corrupción, como la fuga de divisas y el lavado de dinero, que tanto caracterizan al presidente y su equipo de los sueños.